Era algún dia de Octubre del año 2007. Deperté de un largo y extraño sueño de dos meses. Comprendí que ya no dormía porque empecé a preguntarme quién era yo, como me llamaba, si tenía familia, cuáles eran sus nombres,... No sabia donde estaba ni como habia llegado allí. No podía ver, ni hablar, ni apenas moverme, pero sí que podía sentir y pensar. Estaba atrapada en un cuerpo que no me repondía. Quería preguntar y decir lo que sentía pero me era imposible, sólo podía llorar de impotencia.
La voz de mi madre me ha guiado, durante los cuatro últimos años, a lo largo de un amargo itinerario de hospitales, ciudades desconocidas, operaciones y dolorosos tratamientos. Y, sobre todo, me ha ayudado a reencontrar la esperanza y superar mi deseo de morir. Actualmente, he recuperado parte de mis facultades y sigo luchando por mejorar.
Escribo este diario por necesidad. Porque necesito comprender mejor lo que me ha ocurrido y compartirlo. Y porque necesito ayuda para continuar con los duros y costosos tratamientos que son mi única esperanza de recuperación. Un comentario de apoyo o cualquier información de tratamientos o terapias alternativas tienen para mí un extraordinario valor, me dan la energía que necesito para seguir luchando.
Espero que podáis aprender algo de mi diario. Muchas gracias.

martes, 24 de enero de 2012

           Parece que me estaba empezando a animar, el domingo fui ha dar una vuelta y estuve con unos amigos que no había vuelto a ver desde antes de ponerme enferma, ellos estaban y están pasando malos momentos pero echamos un buen ratillo.También  hemos estado mirando terapias nuevas y que queremos empezar prontito; pero no hay manera de terminar de levantar el ánimo, cuando no es una cosa es otra.
     Hoy se ha ido una gran mujer que nos ayudó muchisimo cuando llegamos a Madrid y todo el tiempo que estuvimos allí. Todas las mañanas, hiciera calor, frío o nevara, ella estaba a las ocho de la mañana en casa para ayudarme a salir, el piso que teniamos tenia la salida algo complicada para mi situación, y luego  cuando volvía sobre las doce y media  de rehabilitación allí estaba esperándome. Estuvo dándonos su apoyo y su cariño desde que llegamos, estábamos solas, sin conocer a nadie y siempre estuvo a nuestro lado en unos momentos muy dificiles para mi. Ha sido  una persona muy luchadora y que la vida le golpeó fuerte y se que ha seguido luchando hasta el último momento.
    Bueno Josefa, desde aquí te mando un fuerte abrazo, no te vamos a olvidar. Mucho ánimo a toda la familia..